El propietario de la casa que en un tiempo aquí se levantaba, el capitán Baltasar de Urquiola, hijo del General Antonio de Urquiola, se arruinó tras una serie de desafortunadas transacciones financieras a mediados del siglo XVII. Sus bienes fueron embargados, incluidos el escudo de armas y el archivo personal de Juan Sebastián de Elcano que pasarán a manos de Pedro de Echave Asu. Se trataba de un legado muy codiciado como fuente de honor y prestigio, pues ya entonces Elcano era considerado como una destacada figura histórica por ser el navegante que, gracias a su pericia marinera, consiguió llevar a buen término la primera circunnavegación del Mundo.