Mirador al mar
El encanto de Getaria está en sus vistas, en su costa, su naturaleza, el ambiente idílico de Cantábrico y tradición que lo envuelve. Getaria es como un eterno mirador hacia el océano, uno de esos pueblos de la costa vasca de los que no es nada difícil enamorarse. Mucho se ha discutido acerca de los orígenes de la palabra Getaria. Algunos la consideran derivación de la palabra latina "cetaria", que significa vívero de pescado. Con todo, lo más probable, tal como sucede en la cercana localidad de igual nombre de la costa vasco-francesa, es que provenga de la palabra "cataria", que hace alusión a lugar desde el que se otea el mar.
Getaria es ciertamente una atalaya sobre el mar y a lo largo de todo el municipio hallamos parajes en los que se cuenta con una privilegiada vista sobre toda la costa vasca. Dentro del casco antiguo debemos destacar miradores como el monumento de Elcano, el mirador de Bistaona situada a su pie, o la plaza de Katrapona sobre el frente de mar de las murallas. Además, se disfruta de vistas inmejorables en el monte San Antón, en la aldea rural de Askizu y en el alto de Garate.
Monte San Antón
A la mitología de Getaria pertenece su Ratón, si bien es cierto que ningún getariarra lo llama "ratón", sino isla de San Antón, pues así fue hasta que, con el esfuerzo de los vecinos, al fin echó amarras sobre la costa. En las Juntas Generales celebradas en Segura el 24 de noviembre de 1563, Getaria comunica que había creado una lengua de tierra entre la iglesia y el puerto, "por donde pasaba el mar".
El monte San Antón estaba cubierto de vegetación, que servía de natural guarida para las diversas baterías defensivas que en el se ubicaban. Esta función militar data desde los tiempos en que aún era isla. Todavía en septiembre de 1856 (poco después de la Guerra Carlista) servía a fines militares.
Pero la función más primitiva que conoció la isla de San Antón fue la de puesto de vigilancia para el atalayero avistador de ballenas. Aunque no existen muchos documentos, no es aventurado suponer que la captura y explotación comercial de la ballena fue la principal actividad económica de la que se nutrió Getaria al menos hasta el final de la Edad Media.
En la actualidad, el ratón de Getaria constituye uno de los reclamos turísticos de la villa, siendo lugar para realizar una pequeña ruta a pie para llegar hasta lo más alto, pasando por el faro, aún en funcionamiento.
La ruta a seguir, como todas sendas locales, está señalada con los colores blanco y azul, que se pueden seguir por toda la ruta en la que es imposible perderse. La ruta se inicia al final del puerto, bajo las faldas del propio monte. Simplemente hay que seguir la carretera que sube hasta la zona del faro, donde disfrutaremos del primer mirador. Desde este punto, podremos optar por seguir al carretera y optar por las escaleras. Dejando atrás varios miradores, llegaremos por fin a la cima del monte, donde encontraremos el edificio conocido como Katxapo, junto al faro, antigua atalaya del monte. Desde aquí, los atalayeros controlaban desde las posibles galernas (o barcos corsarios) que podían llegar a Getaria hasta la aparición de las codiciadas ballenas
Una vez arriba, podemos elegir otra ruta para bajar, ya que se trata de una ruta circular, que siempre empieza y acaba en los mismos puntos, no importa que camino seguir.