A día de hoy no existe vestigio alguno de la torre que fue la casa natal de Juan Sebastián de Elcano, aunque recientes investigaciones históricas han confirmado su localización en un solar situado en el extremo suroriental de la villa, sobre el acantilado. En el antiguo solar de la torre de los Elcano desde hace pocos años una lápida conmemora su gran importancia para la historia de la Humanidad.
Elcano vino al mundo en dicha torre en el año de 1476 en el seno de una rica familia absolutamente volcada al negocio del comercio marítimo entre los puertos del Atlántico y del Mediterráneo. Culminó su famoso viaje de la primera circunnavegación de la tierra en 1522, con el que quedaba empíricamente demostrada la redondez de la tierra y sentaba las bases para el futuro dominio por el Imperio Español de las rutas marítimas extendidas a lo largo de todos los océanos del mundo. En 1525 se embarcaba en la segunda expedición hacia las Molucas que comandaba junto a García Jofre de Loaisa. En este desgraciado segundo viaje fue acompañado por todos sus hermanos, en cuyo discurso fallecieron todos. De esta manera quedó descabezado el ilustre linaje de los Elcano en Getaria. La antigua torre quedó arruinada por los destrozos ocasionados en la batalla de Getaria de 1638.
En 1671 el legado de los Elcano se reducía a las ruinas de la torre y a una sepultura en la parroquia de San Salvador. Ese año dicho honorífico legado pasó a manos de don Pedro de Echave y Asu, caballero de la orden de Calatrava, quien instauró sobre la sepultura de los Elcano una lápida conmemorativa de Juan Sebastián de Elcano, aún hoy visible en la entrada principal de la parroquia y que constituye el primer monumento erigido en conmemoración de un marino en el País Vasco.