En este solar se levantaba la torre que perteneció a Miguel de Necolalde. Natural de Urretxu (Gipuzkoa), ostentó durante la primera mitad del siglo XVII el cargo de Veedor General de la Armada. Era, por tanto, encargado de la gestión financiera y administrativa de las Fuerzas Navales estacionadas en la, por entonces, estratégica frontera guipuzcoana. Desde ese puesto impulsó la formación en 1633 de la Escuadra Real del Norte, principal fuerza naval corsaria que pondría en jaque el comercio marítimo de Holanda y Francia.
A partir de 1646, promovió la recuperación en Gipuzkoa de la estratégica industria de la construcción naval, muy afectada por la guerra franco-española iniciada en 1635.