Aquí se erigía la casa-posada de Francisco de Estella, dinámico empresarios pesquero getariarra de inicios del siglo XVI. Asociado con el señor del Palacio de Zarauz para explotar la pesquería municipal de la bahía de Malkorbe, importó de Niza nuevas redes. Sus abundantes capturas se destinaban a la industria salazonera, por él impulsada. Su nieto Francisco de Arpa el joven heredó su casa y negocios, que continuó desarrollando hasta las décadas iniciales del siglo XVII. En 1639 se alojaron los buzos que recuperaron la artillería de los galeones del almirante Lope de Hoces hundidos durante el fallido desembarco francés del año 1638.