La ermita de San Prudencio se enclava en el barrio del mismo nombre, situado en altura a espaldas del casco de Getaria, en el tramo del camino de Santiago de la costa que comunica el centro de la villa con el barrio de Askizu. Aunque las primeras menciones documentales referidas a él datan del s. XV, los trabajos arqueológicos realizados en el edificio desvelaron su origen medieval y restos de una necrópolis de esa época.
En la construcción, sobria y de escasa altura, destaca la portada abierta en su fachada meridional, bajo un atrio de madera. Se trata de un vano ojival, de trazas góticas, de anchas dovelas, recorrido por una sencilla decoración acanalada y varias hileras de puntos y círculos incisos. En su interior, la ermita custodia las imágenes de San Prudencio, así como una talla gótica de la Virgen con el niño. La tradición atribuye a una piedra, situada en la cabecera de la ermita virtudes milagrosas como remedio contra los dolores de cabeza.