La riqueza ornamental de este palacio evidencia su cronología barroca, así como el poder económico de sus propietarios. Así, destacan los ornamentos vegetales, en forma de pares de palmas que coronan el dintel de la puerta y los arcos carpaneles de las ventanas de la planta baja. El resto de los vanos destacan por su amplitud y se abren a balcones con rejas de forja. La planta superior está delimitada por dos platabandas en que se lee una inscripción latina y, en su centro, muestra un magnífico escudo.
El palacio debe su nombre, probablemente, a don Cristóbal de Basurto, propietario del solar en el cambio del s. XVI al XVII. Éste se estableció durante un tiempo en México, haciéndose con una hacienda de plata en San Luis de Potosí, uno de los principales centros proveedores de plata de la Corona Española. El “indiano” regresaría años más tarde a Getaria.
Con todo, en los tiempos en que el palacio adquirió su aspecto actual, pertenecía ya a la familia Echave Asu. Uno de sus miembros, don José Fernando Echave Asu y Romero, era en 1794, durante la Guerra de la Convención, Diputado General de Gipuzkoa: proclamó entonces su adhesión a la Convención revolucionaria francesa, en el seno de la cual proponía crear la república satélite de Gipuzkoa.